Intentar cruzar nuestras miradas, con el profundo deseo que en una de ellas te me quedes mirando y así sepas lo que siento por ti. Por la manera en que la tenue luz del sol roza tus cabellos pinté tu mirada del color de la flor más bonita del jardín de mis deseos.
Pienso en ti y planeo una vida entera contigo, y la eternidad de un beso.
Son mis lágrimas del dolor de no tenerte las que hoy son tinte de mis versos; y el deseo de tu boca, mi inspiración del blanco papel que juega tu presencia.