"...Veremos si hoy cumple el esclavo su condena..."
jueves, 17 de enero de 2013
Una cita en París
Entre sus calles iluminadas andaba una sombra expectante de compañía ni siquiera un alma solitaria, porque no lo acompañaba ni siquiera su soledad. Mirada baja, cabeza gacha, ojos perdidos en sus pisadas, vestía pantalón beige y camisa blanca desabotonada en el cuello, buscaba una razón, una razón de cambiar su caminar, lo olvido, corrió ante las extrañadas miradas parisinas y paro en un parque de una paz tan grande, que solo el aire perturbaba su fineza. Levanta la mirada, sonríe y camina a paso galante, casi dandi; un olor a vida lo había animado, sigue su travesía emocional por un sendero de piedra entre gigantescos arboles y extensas llanuras cubiertas de pasto hasta donde su imaginación alcanzaba a ver, no soportó más y entro a los pastizales, no pudo, lo atrajo su libertad, aun afuera de ellos la notaba, felicidad puramente transformada en aire, sin otro gota más que sonrisas exprimidas de cientos de carcajadas. Disfrutó de todos sus ánimos por unos cuantos segundo y luego calló rendido, cerró los ojos y comenzó a recordar; el cielo se nubló, los pastos se secaron y los arboles callaron sus brisas; volvía el dolor, pero de repente entre tantas ideas que le sangraban la mente lo despertó un golpe en el pecho, abre los ojos, el cielo, los pastos, los arboles, las risas, todo vuelve a aparecer, se torna y mira a sus costados buscando la razón el culpable de volverlo a su felicidad, no había nadie, tal vez huyó. Al no encontrar culpable de su escape a la condena, se levantó, y sin querer la vio, una manzana a unos pocos pasos de donde había estado hundido su cuerpo en toda esa efímera depresión, achinó los ojos, le fijo la mirada y le dijo en tono humilde: "Gracias, porque sin ti aún estuviera sumido en esa oscura cárcel. Gracias, porque venciste una pelea que no era tuya y que ni siquiera yo pude vencer". Gracias AAAS ♫♪
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